La estafa de la falsa herencia del pirata Francis Drake

Historias de la economía - En podcast av elEconomista - MÄndagar

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đŸ’”La estafa de la falsa herencia y todas sus derivadas, tan populares hoy en internet, tienen en realidad siglos de historia. Fraudes en los que el tramposo ofrece acceso a una gran herencia, pero que necesita una pequeña inversiĂłn inicial para desbloquear los trĂĄmites necesarios. TambiĂ©n se le conoce como 'la estafa del prĂ­ncipe nigeriano', por ser la versiĂłn mĂĄs popular en las Ășltimas dĂ©cadas, pero una de las mĂĄs famosas de la historia es la de 'la herencia de Francis Drake', el famoso pirata inglĂ©s, que muriĂł sin dejar descendencia conocida.đŸŽâ€â˜ ïžEsta supuesta ausencia de herederos facilitĂł que, durante siglos, casi desde la muerte del bucanero, muchos tratasen de engatusar a sus vĂ­ctimas haciĂ©ndoles creer que les correspondĂ­a una parte de su cuantiosa fortuna. Pero nadie llegĂł tan lejos como Oscar Hartzell, un agricultor de Illinois que se convirtiĂł en uno de los mayores estafadores de la historia de Estados Unidos, teniendo en cuenta el nĂșmero de vĂ­ctimas.đŸ·Este tipo naciĂł en 1876, en un pueblo de las praderas de Illinois, hijo de padres agricultores, que cultivaban maiz y criaban cerdos. Siendo adolescente, dejĂł los estudios para dedicarse a la ganaderĂ­a. Tuvo una vida repleta de altibajos, con Ă©xitos y con fracasos. TrabajĂł mucho, e hizo grandes inversiones, incluyendo la propia herencia que recibiĂł de su padre, tras su muerte. Unas salieron bien, y otras mal. Tan mal que en 1915 estaba arruinado.đŸ€„Hasta que un dĂ­a recibiĂł noticias de su madre: habĂ­a hecho una inversiĂłn que creĂ­a que podrĂ­a solucionar todos los problemas de la familia. HabĂ­a invertido todos los ahorros de su vida, 6.000 dĂłlares, en efectivo, con los que podrĂ­a ganar hasta 6 millones si todo salĂ­a bien. Milo F. Lewis y Sudie Whiteaker le habĂ­an explicado que era descendiente de Francis Drake, que habĂ­a fallecido de disenterĂ­a en 1596, y que habĂ­a amasado una enorme fortuna en oro y otros botines. No habĂ­a tenido nunca hijos, y tenĂ­a toda su riqueza, mĂĄs los intereses generados a lo largo de los siglos, custodiada por el gobierno britĂĄnico.

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